domingo, 18 de enero de 2009

Dolor


Hoy pelee con Karen. Una pelea estúpida, como todas las últimas, pero que en esta ocasión me sacó demasiado de las casillas... y decidí salir a despejar la mente. Fui a ver a la banda de un amigo para relajarme con música, y lo conseguí. Tras esperar un buen rato y aguantar a unos cuantos tipos que entre que me querían jotear y me querían asaltar, conseguí tomar una micro que me dejaría cerca de la casa. Me senté y continue relajándome, hasta que aparecieron unos tipos "barra brava", bastante borrachos, que empezaron a armar su escándalo. El ruido subió y subió y subió... y yo allí, casi al medio de ellos. En un momento pensé en tomar una de las botellas de vidrio que habían dejado tiradas en el suelo y empezar a romperles la cabeza a cada uno de ellos, pero logré contenerme.

Fue allí cuando me di cuenta de que algo había cambiado de verdad en mi cabeza, y fue genial. Toda la rabia que podría tener no estaba, no había ningún enojo con ninguna cosa, ni contra ninguna persona. Darme cuenta de ello fue lo mejor que me pudo haber pasado en el día, haberlo entendido en ese instante... tan simple, tan bello.

Karen, pensé en ella, a ella le encantaría saber lo que había ocurrido, ya faltaba poco para bajarme de la micro.

Poco antes de bajarme los barreros lo hicieron, y una vez que estuvieron en la calle tiraron una botella, que rompió una ventana de la micro y reventó en el asiento que estaba detrás mío. "Un instante de suerte", pensé, y me convencí aún más de que el mundo estaba de mi lado en esta ocasión. Bajé de la micro feliz, y pasé a comprar unas papas fritas porque tenía mucha hambre.

Al llegar a la casa, no había ninguna luz encendida. Karen estaba durmiendo, así que fui donde ella. No quise despertarla, no valía la pena. La buena noticia se la daría por la mañana. La abracé y ella se acurrucó en mí. Cerré los ojos y relajé los músculos... ¡a dormir!

En la noche soñé que mi cabeza explotaba, una horrible pesadilla que me llevó a despertar un tanto aturdido. El problema fue lo que vi cuando desperté: vi una camilla de hospital, un cuarto de hospital, a mis padres llorando desconsolados a mi derecha, y a Karen a mi izquierda, con una cara de dolor terrible. Al notar que desperté, se abalanzaron sobre mí, pero no pude sentirlos por completo. Mi cabeza me empezó a doler, y noté que no sentía mis piernas.

En ese instante tuve un flash: un recuerdo donde, después de sentir que el vidrio de la micro se rompió, escuchaba una explosión y empezaba a quemarme. Luego me bajaba de la micro para tratar de apagar el fuego rodando, y un auto me atropellaba. El dolor del golpe era indescriptible, y antes de sentirlo escuchaba un "crack" en algún lugar de mi columna.

Entré en pánico, y todo me empezó a doler mucho más. Mis padres llamaron a la enfermera, que llegó muy rápido. Sacó una jeringa y me inyectó algo...

..Y el dolor empezó a irse. Mientras cerraba los ojos y perdía la conciencia escuchaba a Karen llorar a un costado. Eso dolió mucho más que cualquier cosa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

pucha,
entiendo,
pero no me hagas llorar.

Anónimo dijo...

solo sin pensar,
la wea rara