¡Tú!
¡Tú que un día desapareciste!
En una nube verde que terminaba en un rincón azul,
tomando té con la reina desesperada,
por un príncipe que nunca llegó por esperarte,
mientras cargaba su cruz.
Toma la copa y sigue.
Ponte un vestido y baila.
Quema, fuma, llora, ríe,
pero ríe al final,
que eso es lo importante a la larga.
Te fuiste y no me dejaste seguir hablando,
te fuiste y no me dejaste seguir tomando,
te fuiste y no me dejaste seguir bailando,
te fuiste.
¡Me fui!
Al sur, buscando el destino,
aquel asunto esquivo,
torpe y aburrido.
Cuando lo encontré le dije
"¡Hola! soy Cristian"
y me respondió que ya lo sabía.
Yo le dije que era una parábola,
y me respondió con una cúbica.
Nunca pude armar un cubo de Rubik, menos ahora.
¿Tú puedes?
1 comentario:
Podía armar un cubo de Rubik como en tercero medio.
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