A veces las noticias llegan
en papel, por voz, como sea.
Ves que alguien brilla,
te alegras y te deprimes.
Tomas un camino en un momento
y la ruleta decide qué verás después.
Imágenes, olores,
cosas que extrañas, cosas que
¿sientes?
¿lo ves también?
Tomas de mi mano un rato,
te vas, vuelves,
y dejas tu alma aquí,
para que la cuide mientras no estás.
¿Un cuidador?
soy algo más que eso,
pero nadie lo sabe,
y no se lo cuentes a nadie tampoco.
Ellos tienen que encontrarme,
pese a que no me escondo.
Ellos tienen que verme,
tienen que hacerlo alguna vez.
Hay tanto allí afuera, y esto se termina,
adiós, me voy a vivir un ratito.
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