Es rico salir de Santiago, de verdad que es agradable. Para mí lo es especialmente en otoño, que es mi estación favorita.
Hoy salí de Santiago, rumbo a Viña, a ver a mis familiares y "celebrar" un cumpleaños conjunto. Celebración, con carrete y todo, no hubo. Si hubo un excelente tequila, una ida a ver 31 minutos al cine y una jugada de Need for Speed. Pero además hubo una pérdida de mis lentes de descanso en el bus que me llevaba a Viña, los que no han sido encontrados, y probablemente ya no vuelvan a mis manos... Obviamente es una joda gigantesca todo esto, porque implica usar plata que no tengo para comprarmelos, además de considerar alguna posible ida al oftalmólogo a analizarme los ojos (pese a que mi hermano Camilo dice que el análisis te lo hacen en la misma óptica ahora).
Lo más interesante de todo esto es que, pese a que perdí mis lentes, y que por culpa de eso por unos días tendré que evitar las pantallas crt (monitores y teles que no sean lcd ni plasma) y leer, aún sigo contento, respirando otro aire, viendo el cielo más azul, y sintiendo que hay Otoño fuera de Santiago, aunque nunca tan reflexivo como en el sur.
Habrá que seguir adelante, y disfrutar todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario