Invierno

En invierno, aunque esté despejado, el aire se encarga de hacernos notar que no hace calor. A veces está tan helado afuera que la alternativa obvia es quedarse en casa, calientito, disfrutando un momento.

Otra alternativa es salir a caminar...

Y cuando uno sale y logra alejarse de la ciudad, el invierno logra mostrar su encanto. Requiere que uno logre bajar la velocidad del ritmo que se lleva y, aunque no es fácil de conseguir bajar esa velocidad, cuando se desacelera uno puede ver los colores, sentir el aire, tomar una gran bocanada de éste y dejar de pensar en la cosas. La energía vuelve, y todo deja de ser tan complicado.

El relajo, ese querido relajo, es algo que el invierno puede ofrecer. Sólo hay que encontrarlo. Dejar el auto atrás y dejar que los pies hagan lo suyo, que te lleven donde ellos quieran, buscando ese encanto invernal.