
Me escapé de Santiago. Más movido por el instinto que por otra cosa me arranqué de Santiago y decidí que ésta sería mi semana de vacaciones de invierno; y ha estado bien invernal, la verdad. Ayer tuve que arrancarme a un pueblo llamado Cherquenco para poder ver el volcán Llaima y algo de sol; el resto del tiempo ha estado nublado y con lluvia, a veces más fuerte y otras más débil, pero siempre manteniendo ese olor y ese color típico del invierno. Un lluvioso oasis a mitad del año.
Las pilas del ánimo se van recargando de a poco. ¡La vuelta se viene con todo! (¡y con cámara nueva!)
2 comentarios:
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